Efímero, soplar las velas de cada año que pasa. Permanente, el álbum de fotografías de nuestra memoria.
Fugaz, este ahora que al decirlo y escribirlo ya se fue. Durable, la certeza irrenunciable del ayer y la promesa cumplida del mañana en este hoy.
Transitorio, el paso de cada hombre y cada mujer por esta tierra. Indeleble, la huella (evidente y oculta) que dejamos en nuestro andar marcando caminos...
dejan llevar por el viento y diluir
por la lluvia. Inquebrantable, nuestros actos contrastables con sentimientos y valores verdaderos.
Breve, la novedad de los primeros días. Durable, el cambio constante recordándonos que somos la suma de lo que fuimos y seremos.
Momentáneo, la celebración de lo alcanzado al llegar a la cima. Perdurable, el esfuerzo agotador de la escarpada.
Rápido, el enamorarse. Definitivo, permanecer enamorado.
Huidizo, el perfume del rosal. Eterno, la rosa y sus espinas.
Atropellado, los minutos, las horas,
Breve, la novedad de los primeros días. Durable, el cambio constante recordándonos que somos la suma de lo que fuimos y seremos.
Momentáneo, la celebración de lo alcanzado al llegar a la cima. Perdurable, el esfuerzo agotador de la escarpada.
Rápido, el enamorarse. Definitivo, permanecer enamorado.
Huidizo, el perfume del rosal. Eterno, la rosa y sus espinas.
Atropellado, los minutos, las horas,
los días y los años. Contundente, el ritual.
Circunstancial, el conocimiento. Concluyente, lo esencial.
Escurridizo, vivir. Perpetuo, la vida.
Circunstancial, el conocimiento. Concluyente, lo esencial.
Escurridizo, vivir. Perpetuo, la vida.
En: ALCATRAZ. Año: V. Nº 29. 24 – 11 – 2005
No hay comentarios:
Publicar un comentario