domingo, 4 de agosto de 2013

ENTRE DOS REALIDADES

En secreto se dicen
lo que en público esconden detrás de miradas esquivas.
En secreto se dicen todo
a través de palabras mudas y sordas.
En público hasta el saludo es insensible.
La mano quiere tocar, pero no toca,
los labios quieren besar, pero no besan.
En secreto la comunicación es impúdica.
En público calla el deseo y la boca habla queriendo otra cosa.
La noche y el día, por igual, guardan celosamente su intimidad.
En público son cautos en el trato,
aprenden a escuchar las miradas
mientras las bocas hablan.
Aprenden a administrar cada roce
disfrutando cada uno
por más leve y fugaz que sea.
Pero, en secreto “juegan”
a no querer,
a no saber
no temen desbordarse
sacian sus ganas en las más ardorosas imaginaciones.

En secreto comparten ensueños,
se consumen ambos en sus propias fantasías.
Al inicio sólo confiaron en la luna,
hasta que el sol también se hizo su cómplice.
En público saben qué quieren,
se miden el uno al otro,
se quieren el uno al otro,
         se dejan ahogar por las ganas,
no se atreven a tocarse ni a mirarse de verdad,
todo a medias, con miedo.
Prefieren ignorarse el uno al otro
para no levantar sospechas,
para no despertar curiosidades
ni suspicacias.

Lo que el deseo llama aún no pasa.
(En secreto pasa todo)
En secreto sólo se escribe la ilusión
en público sólo se sueña en la vigilia.
En secreto sólo se lee el ensueño del otro.
En público se lee el pensamiento del otro.
En público se adivinan.
En secreto se saben.

En público y en secreto se dicen todo.
Se han visto hasta el alma.
La imaginación activa los otros cuatro sentidos.
La imaginación los acerca, los une, los fusiona.
En la fantasía es posible todo lo que en la realidad sólo pueden imaginar.
En lo secreto y en lo público permanecen conectados íntimamente.
En este juego ambos se consumen en las ganas refrenadas.
Han roto mil veces la promesa de no volver a hacerlo.
Han cruzado todos los límites que se han impuesto.
No hacen caso al horario.
Han cedido al imperativo lúdico.  
El juego de la imaginación sin límite, del sentimiento sin límite…
su realidad se divide,
el sentimiento debe disputarse entre lo secreto y lo público.

Son actores que simulan la espontaneidad,
esforzándose demasiado en parecer algo que han sido desde siempre.
Asumiendo nuevos roles sin ser verdaderos intérpretes
sin haber hecho ninguna prueba de actuación.
Están divididos entre lo que sólo ellos saben,
lo que viven para sí y
lo que comparten con el resto, lo que viven para y con los demás.
Las ganas a borbotones,
Las nuevas emociones, la sorpresa del redescubrirse
dividieron su realidad, 
dos realidades;
una que viven en secreto y
otra que viven en público.

Una es permisiva, es cómplice, es vivaz, es alegre, es abierta, es profunda, es            audaz, es apasionada.

La otra es exigente, es distante, es adusta, es rígida, es cerrada, es ligera, es              segura, es fría.

Juntas, ambas, serán una sola,
como una nueva realidad,
estos actores sufren un tipo de esquizofrenia,
son sicóticos incapaces de distinguir entre una y otra realidad.
No podrán volver a lo que tenían antes,
ese camino de regreso no existe.
Seguirán en el juego hasta ver a dónde los lleva o hasta dónde llegan.  
Sin importar cuánto hayan arriesgado, cuánto hayan perdido, cuánto hayan                cambiado y cuánto hayan ganado,
Ha de imponerse la supremacía del sentimiento que siempre los ha unido. 
En definitiva,  es tan solo un tipo de locura
y estos dos actores son un par de locos que viven a plenitud.  
se miran y se preguntan
¿Quién está más loco, tú o yo?


04 de noviembre de 2012

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