A LA MEMORIA DE
ANGELO GALDERISI
Cuando
volvamos a vernos, nos reencontraremos con indecible alegría. Brazos abiertos,
sonrisa al viento, iremos a nuestro encuentro para fundirnos en un abrazo.
Cuando
volvamos a vernos, no habrá tiempo, ni espacio, no habrá nada, sólo nosotros.
Cuando
nos veamos de nuevo, parecerá que el tiempo no ha pasado, parecerá que todo ha
pasado.
Cuando
volvamos a vernos, no será necesario ponerse al día, bastará estar uno frente
al otro. Con suma serenidad permaneceremos uno junto al otro, el tiempo
alcanzará, tendremos todo el tiempo del mundo. Entonces el silencio será bueno
y suficiente para decirnos todo.
Cuando
nos veamos de nuevo, nos reconoceremos de inmediato, el uno al otro, el uno en
el otro.
Cuando
nos veamos de nuevo no habrá dolor, ni sufrimiento, ni preocupación; sólo paz y
felicidad.
Cuando
volvamos a vernos, no habrá tormenta ni oscuridad, será sempiterna primavera.
Nos
dejaremos caer con descuido sobre nuestras espaldas sin ningún temor, miraremos
arriba, miraremos nada, hablaremos, hablaremos sin palabras.
Cuando
volvamos a vernos, nos daremos cuenta de que siempre hemos estado juntos, de
que jamás nos fuimos.
Cuando
volvamos a vernos, vendrán a nosotros todas las respuestas.
Cuando
volvamos a vernos, estaremos vivos, seremos blandos, translúcidos, permeables,
seremos luz.
Habremos
caminado mucho, pero no sentiremos cansancio. Habremos sufrido mucho, pero no
sentiremos dolor.
Habremos
vivido, (tal vez), pero no lo bastante.
Cuando
volvamos a vernos, sólo habrá pasado un segundo de tu partida.
Cuando
vuelvas, cuando vuelva, cuando volvamos, estaremos todos, seremos muchos.
Todos
los recuerdos se irán, se quedarán en otros, habremos dejado atrás todo cuanto
pesa, seremos livianos como pluma.
Mientras
eso pasa habremos ido y venido muchas veces. Mientras eso pasa habremos
empezado y terminado muchas veces. Parecerá que muchas cosas han sucedido, que
mucho tiempo ha pasado, que todo ha cambiado…
Cuando
volvamos a vernos, seremos lo que fuimos, seremos lo que somos, seremos lo que
ha de ser.
Será
distinto, será nuevo, será eterno.
Y
mientras todo eso llega…
Un
rayo habrá cruzado nuestra frente, un cataclismo destrozado el corazón y un empujón nos habrá dejado sin piso y lanzado
a un abismo. Nuestra fe se debatirá en duelo mortal. Y todo cuanto hemos creído
estará sobre la cuerda floja.
Será
la debacle de nuestras emociones.
Nos
desquitaremos con la vida, con rabia libraremos una batalla campal y desigual,
a manotadas y dentadas que siempre, al final, nos dejarán agotados y vencidos.
Mientras
tanto… Una pregunta nos devanará el
cerebro. Las lágrimas harán surcos en nuestras mejillas, en nuestro cuerpo, en
nuestro corazón, en nuestra alma.
Cuando
nuestros ojos se sequen, nuestro corazón seguirá llorando.
Mientras
todo pasa y todo llega…
Nos
regocijaremos en el gozo de los buenos recuerdos. Aflorará del alma trémula la
simulación de una sonrisa, en espera de la que apacigua y reconcilia.
Siempre
recordaremos, el recuerdo no se irá.
Nos
resguardaremos en el amor, el amor que le da sentido a la lucha, el amor que
nos dará fuerza.
Y
cuando por primera vez, desde el fondo de nuestro corazón, hayamos dicho adiós,
sabremos lo que es libertad.
Nos
resignaremos.
Seguirá
doliendo. El dolor nunca se irá.
Nos
ampararemos en la esperanza, la esperanza que le da sentido a seguir luchando.
La que no nos permite renunciar.
Seguiremos
amando, el amor no se irá.
Seguiremos
esperando, esperando en la esperanza de volver a encontrarnos.
(Palabras de aliento impregnadas de amor
y de esperanza para todos los que alguna vez hemos sufrido la pérdida de un ser
amado. En especial para toda la familia Galderisi.)
04 – 09 - 09
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