martes, 3 de septiembre de 2013

UN DÍA CUALQUIERA

Mejor imposible 


Vas caminando por la calle, bajo la lluvia. Porque no te queda más remedio, tráfico infernal, ni taxi, ni por puesto, ni a quién llamar para que te busque. Batería del celular descargada, piensas que igual no tienes con quien hablar para descargarte tú. Te sientes peor. Sintiendo que has perdido un día que iniciaste desde muy temprano y que  hacía escasos diez  minutos parecía que iba sin novedad. Hiciste todo lo que tenías que hacer, pasaste horas pacientemente esperando que te atendieran y simplemente no lo hicieron y ni una explicación te dieron, como si nunca hubieras estado allí esperando. La lluvia cae en tu cara, sorteas charcos y esquivas chapuzones de carros que pasan a velocidad. Te arden los ojos. Piensas que tan sólo es un mal día. Pasas revista a cada una de tus acciones desde la primera de la madrugada y te preguntas ¿por qué? Estrujas tus ojos, no te importaría soltar alguna lágrima, total, sigue lloviendo… De la nada y de repente, surge un extraño, camina en sentido contrario, por la misma calle viene hacia ti, lo ves cuando buscas de donde sale la voz que te dice: “Preciosa si sonríes, sale el sol, en serio, si sonríes sale el sol”. ¿Tú qué hubieras hecho? Yo lo vi y sonreí. Seguí caminando. Él siguió caminando mientras decía: “Lo ves, ya va a salir el sol”. Cuando llegué a mi casa había escampado por completo, despuntaba el sol y comenzaba a caer la tarde… ¿De dónde salió ese extraño? No lo vi venir. Un hombre sencillo, un tanto mayor y sin ningún atractivo. Recuerdo que con las últimas gotas de lluvia se confundieron unas pocas lágrimas, no dejaba de sonreír y pude dar gracias por ese extraño y por este día.

 30 – 08 – 2013 

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