Mejor imposible
Vas caminando
por la calle, bajo la lluvia. Porque no te queda más remedio, tráfico infernal,
ni taxi, ni por puesto, ni a quién llamar para que te busque. Batería del
celular descargada, piensas que igual no tienes con quien hablar para descargarte
tú. Te sientes peor. Sintiendo que has perdido un día que iniciaste desde muy
temprano y que hacía escasos diez minutos parecía que iba sin novedad. Hiciste
todo lo que tenías que hacer, pasaste horas pacientemente esperando que te
atendieran y simplemente no lo hicieron y ni una explicación te dieron, como si
nunca hubieras estado allí esperando. La lluvia cae en tu cara, sorteas charcos
y esquivas chapuzones de carros que pasan a velocidad. Te arden los ojos. Piensas
que tan sólo es un mal día. Pasas revista a cada una de tus acciones desde la
primera de la madrugada y te preguntas ¿por qué? Estrujas tus ojos, no te
importaría soltar alguna lágrima, total, sigue lloviendo… De la nada y de
repente, surge un extraño, camina en sentido contrario, por la misma calle
viene hacia ti, lo ves cuando buscas de donde sale la voz que te dice:
“Preciosa si sonríes, sale el sol, en serio, si sonríes sale el sol”. ¿Tú qué
hubieras hecho? Yo lo vi y sonreí. Seguí caminando. Él siguió caminando
mientras decía: “Lo ves, ya va a salir el sol”. Cuando llegué a mi casa había
escampado por completo, despuntaba el sol y comenzaba a caer la tarde… ¿De
dónde salió ese extraño? No lo vi venir. Un hombre sencillo, un tanto mayor y
sin ningún atractivo. Recuerdo que con las últimas gotas de lluvia se
confundieron unas pocas lágrimas, no dejaba de sonreír y pude dar gracias por
ese extraño y por este día.
30 – 08 – 2013
No hay comentarios:
Publicar un comentario