CUAL VETA DE ROCA
Someter la página en blanco, batallando contra el reuma
creativo.
No son tantos los años como el mar contenido en el dique de un corazón
que, aunque dice mucho, se contiene cual veta de roca.
Más que la página, es el pensamiento en blanco y el alma encharcada.
Vencer la parálisis lingüística, entre la primera y la segunda articulación, cuando el exceso de sinovial a veces
causa dolor y otras veces solo entumece…
Las palabras quedan atrapadas, detenidas, sin salida. Ahogadas en el alma encharcada. Aguantando el reclamo de
la página en blanco y conteniendo el crujir de un dique harto a punto de ceder.
Fue la decisión de ir contra reloj, como adicto en rehabilitación, sin superar
el síndrome de abstinencia, sin tiempo para pensar, sin tiempo para sentir…
Contra reloj, sin tiempo para vivir, sin tiempo para morir.
Cansada de andar sin sentido. Detenida en medio de la absurda encrucijada que es la vida.
El cuerpo
reaccionó y el sistema autoinmune, ¿por error?, atacó a traición lo único bueno.
Bloqueando el paso del mar, desviando las aguas, levantando un muro para detener el avance o la salida de algo perjudicial.
No más desahogo, no más catarsis. No más libertad.
Los sentimientos mudos acallan el alma, las emociones sordas gobiernan la razón, los pensamientos atiborrados
son esclavos de la rutina insomne.
De momento, elijo perder.
De momento, pierdo esta batalla.
De momento, me someto a la página en blanco.
Escribir es una declaración de libertad, es fracturar el dique, es dejar
que el mar golpee y bañe la roca, es liberar todo, lo bueno y lo malo.
Escribir es desahogo, es catarsis, es redención.

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