lunes, 24 de agosto de 2020

Esa llamada... Cuando la Vocación se hace Cultura

 


    Esa llamada que nos mueve, que nos interpela, que timbra nuestro ser y nos hace ver de un lado a otro. Esa llamada que se toma su tiempo, porque sabe esperar por un corazón atento y por una visión acuciosa de la realidad. Es la llamada que ilumina el camino que hemos de andar y nos ubica en el lugar donde tenemos que estar. Es la llamada que llega después de un proceso, que puede ser más o menos largo, al llegar se hace permanente, sobresalta el corazón y se traduce en la firmeza de una convicción irrenunciable. Esa es la llamada. Es el tun tun y la puerta que se abre. Luego, solo resta la decisión.

 

         La vocación se hace cultura en una institución educativa cuando en el hacer cotidiano vemos actividades destinadas al autoconocimiento, a ese proceso de (auto)descubrirse, de ver dentro y fuera, para poder encontrar lo mejor de sí mismo a través de acciones reflexivas, que brinden la oportunidad de compartir el tesoro que todo ser humano lleva en su interior. Aún más, en una institución educativa la cultura vocacional no solo se gesta desde lo planificado o en acciones ya previstas y estructuradas. La vocación se hace cultura cuando se vive en el día a día, en lo espontáneo y en lo informal; en las conversaciones de pasillo durante los recesos, por ejemplo.

 

         Esta llamada llegó a la vida de Calasanz en su edad adulta, la puerta se abrió para mostrarle la realidad de los niños del Trastévere del S. XVII, creyó Calasanz que viajaba a Roma por una Canonjía, cuando en realidad viajó para encontrar el sentido de su vida, el sueño al que dedicaría su vida, el mismo que sería su legado, dándole sentido a la vida de otros, dándole sentido a nuestras vidas. Vio en los niños la forma definitiva de servir, a través de la educación, para la transformación de la sociedad.  

 

         En la Escuela Pía impulsamos la cultura vocacional en cada Plataforma que integra la Presencia, desde cada cargo desempeñado, desde cada nivel educativo, desde la labor de los colaboradores y del voluntariado. Para ello es necesario incitar en nuestra gente la pregunta: cómo promover la cultura vocacional desde el Centro Cultural, desde Itaka, desde el Movimiento Calasanz. Qué acciones se pueden emprender para estimular la vocación en los estudiantes, desde los más pequeños de Preescolar hasta los mayores de Quinto Año de Secundaria. Qué se puede hacer como docente, directivo, obrero y administrativo para fortalecer la cultura vocacional en nuestra Presencia. 

    Nuestro corazón no solo puede ver, también puede escuchar, es necesario prepararlo para ello, así como hizo el zorro con el Principito.

 

         La Escuela Pía brinda oportunidades en cada uno de sus espacios para dejarse encontrar por esa llamada y va abriendo las puertas para todo aquel que se deje atrapar y decida entrar. Entrar es asumir el compromiso de compartir la misión, con un estilo propio, atreviéndose a hacer la diferencia y a ser diferente.

 

         La Escuela Pía tiene la riqueza de las diversas formas de participación. Todos los que integran cada una de las Plataformas, desde su cargo a través de sus funciones y tareas cotidianas comparte la misión. Quienes se sienten llamados a algo y se van implicando un poco más allá de sus funciones y tareas tienen las opciones de la Misión Compartida, la Fraternidad y la Vida Religiosa. No todos somos llamados a ser educadores, no todos somos llamados a ser religiosos. Todos somos llamados a algo, a un compromiso. Seamos religiosos o laicos; seamos docentes, administrativos u obreros; nos unirá la vocación de servicio a través de la educación; nos unirá la fe; en definitiva, nos unirá Calasanz.


    La vocación calasancia vive en la Presencia Escolapia de Caracas, en cada Plataforma: Colegio, Centro Cultural, Movimiento Calasanz y en la Red ITAKA. Sobre todo vive Calasanz en su gente. La gente comprometida que se deja atrapar, opta de manera definitiva, comparte la misión y vive al estilo escolapio.

domingo, 23 de agosto de 2020

Inducción Calasancia

 


Hace poco alguien me preguntó ¿Qué es para ti la Educación Calasancia?  Para responderle pensé por un momento en lo que he aprendido de los escolapios que conozco, en lo que he aprendido a través de su ejemplo. Pensé por un momento en nuestro Colegio, en lo que hacemos a diario. Como se trataba de alguien que apenas se inicia en la formación escolapia y comienza a dar sus primeros pasos en uno de nuestros Colegios, pensé que la mejor respuesta sería una breve inducción Calasancia. 

La Educación Calasancia es más que teoría pedagógica, es práctica permanente de las enseñanzas de Calasanz, que progresivamente se van adaptando a la realidad y al contexto.

La Educación Calasancia es Servicio. Educar siguiendo los pasos de Calasanz es el servicio entregado y desmedido a la formación de todos los niños, niñas y adolescentes; en especial de los más necesitados.

La Educación Calasancia es compartir la Misión de Evangelizar a través de la Educación. Es Anunciar el Evangelio transmitiendo la Palabra de Dios mediante acciones educativas. Un Educador Calasancio no separa la Formación en la Fe de la enseñanza de la Lengua o de las Ciencias. Dios se hace presente en cada clase, en cada contenido, en cada actividad. En nuestros Colegios Calasancios Dios está tan presente en la clase de matemáticas, en el juego, en el deporte, en la música, en el receso; como lo está en la clase de Fe y en la Oración continua.

La Educación Calasancia es Formación Integral y de Calidad. El Educador Calasancio forma en la Piedad y en las Letras. Forma en lo académico y en lo espiritual buscando la integridad y la integralidad del ser humano. Formar en las Letras es predisponer la menta para el deseo inagotable de aprender desarrollando las habilidades para el buen hacer. Formar en la Piedad es predisponer el corazón para el servicio solidario.

La Educación Calasancia es Prevención porque procura esa formación integral desde las edades más tempranas impregnando al ser de los valores y de la Gracia de Dios. El Educador Calasancio es aguerrido, se crece en medio de las dificultades, siempre contagiando la alegría y la esperanza.

La Educación Calasancia es Innovación porque prefiere simplificar los métodos tornando más fácil, más sencillo y más eficaz el quehacer educativo. El Educador Calasancio es atrevido e intuitivo, es acucioso en el análisis de la realidad, está continuamente (auto)formándose aplicando metodologías novedosas para dar sentido al aprendizaje.  

La Educación Calasancia es Transformación porque no se deja vencer por las dificultades, el Educador Calasancio es un emprendedor con espíritu revolucionario, ante la crisis es proactivo y creativo, es capaz de reconocer las posibles soluciones generando mudanzas positivas. La Educación Calasancia insistentemente busca transfigurar las adversidades en oportunidades de mejora y crecimiento, para ello se enfoca en el desarrollo de un liderazgo colaborativo promotor de cambios sociales necesarios.

A mi interrogador neófito le queda por descubrir desde su propia  experiencia que sea ésta precisamente la Educación que soñó Calasanz e hizo realidad en aquella Roma convulsionada del siglo XVII. Así como yo voy viviendo “Hoy como Ayer” este sueño posible, que a paso acompasado vamos haciendo realidad cada día en nuestra convulsionada Caracas del siglo XXI. 



#23Ago #MesCalasancio

“Del corazón de Calasanz al nuestro”