viernes, 25 de noviembre de 2016

Un Hombre, Un Educador, Un Santo
José de Calasanz
Nacido para Educar


La maestra le asigna a mi hijo una tarea, crear un cuento relatando la vida de Calasanz, para hacerlo en casa junto con sus papás. Pues, aquí va lo que surgió.  En esta semana que estamos de aniversario, éste es nuestro regalo para nuestro Colegio y para Calasanz...


        
“José, José, José¡” Llamaba a viva voz, Doña María, a su hijo más pequeño. El menor de ocho hermanos. “¿Dónde se habrá metido ese niño?”

         José se encontraba encaramado en lo alto de un árbol, jugando, simulaba que luchaba contra el demonio. Ya existía en su corazón el deseo de cambiar el mal por el bien.

         “¿En serio mamá, San José de Calasanz fue un niño como yo, le gustaba jugar, hacer travesuras, sus papás lo regañaban, tenía que ir a la escuela y estudiar?”. Luis, escuchaba atento la historia que su mamá le contaba y le sorprendía descubrir a un Calasanz hombre, con una historia similar a la de cualquier niño. “Jajajajajaja, sí mi Luis, Calasanz fue un niño como tú, claro que iba a la escuela, era muy buen estudiante, estudió Teología y Derecho.” Luis prestaba mucha atención intentando guardar en su memoria todos los detalles, pues su maestra le mandó de tarea hacer un cuento de la vida de San José de Calasanz. “Mamá, yo sé que nació en España, en Peralta de la Sal, pero no sé la fecha”. La madre de Luis piensa un poco, no es muy buena recordando las fechas, hasta que le responde, “nació el 11 de septiembre de 1557, pero por si acaso busca en google”.

         José perteneció a una familia acomodada, era el hijo del Gobernador de la región, Don Pedro Calasanz. Sin embargo esta condición no evitó que enfrentara varias vicisitudes a lo largo de toda su vida. Huyendo de la tentación se muda de ciudad para culminar sus estudios. Cuando su Padre lo llama: “José, debido a la muerte de tu hermano mayor, te corresponde ser mi heredero y ocuparte de la casa”, José responde enérgicamente: “No, mi vocación es hacer la carrera Sacerdotal”.

         Luis, interrumpe de nuevo a su madre, “Guao, mamá, se enfrentó a su papá, le dijo que no, yo no sé si soy capaz de hacer eso”. La madre mira a su hijo con ternura y le dice: “Aprenderás a defender tus deseos y tus sueños, siempre que sean buenos para ti y buenos para los demás”. Luis responde, “Sí mamá, eso espero. Oye, hay algo que no entendí, ¿qué es eso de la tentación?”. La mamá sonríe y le explica con sencillez: “Evitó enamorarse de una mujer”. “Ah claro, si iba a ser cura no podía casarse”.

         En 1583, José es ordenado Sacerdote, era ambicioso, fue ocupando distintos cargos dentro de la Iglesia. Decide ir a Roma en busca de una Canonjía.

         “Ya va mamá, ¿qué es eso?”. “Bueno mi Luis, es un alto cargo para un sacerdote”. “No sé mamá, ¿acaso Calasanz quería lucirse?”. “Jajajajajajajaj, sí, algo así”. “Mamá mi grupo de MIES se llama Navegando hacia Roma, tiene que ver con esta parte de la vida de Calasanz”. “Así es, mi Luis”.

                  En Roma, José fracasó en cada uno de sus intentos por lograr la canonjía, le resultó más difícil de lo que pensaba.  Se dedica a las obras de caridad y conoce los barrios de Roma. Vio la pobreza, los niños sin educación, violentos, sin casa. En uno de esos barrios, el Trastevere, encuentra su verdadera vocación.

       
  “Traste… qué”. “Trastevere, es un nombre relacionado con un río que se llama Tiber, en italiano Tevere. Tras, es como decir detrás, así que el nombre del barrio significa –detrás, o a un lado, del río Tevere o Tiber-“. “Sí, sí, ok, continúa”.

         Después de tantas dificultades, al fin parece que le puede llegar lo que tanto había ansiado, pero el corazón de José había sido tocado por Dios, algo en él se había transformado, no pudo ignorar la realidad: “He hallado en Roma la mejor formar de servir a Dios ayudando a los niños más pobres y no lo dejaré por cosa alguna en el mundo”.

         “Es cuando funda la primera Escuela, verdad mamá”. “Sí, funda la primera Escuela Popular y Gratuita de Europa. Y sabes dónde lo hizo”. “En una iglesia, Santa Dorotea, creo que se llama así, o San Pantaleón”. “Muy bien, primero en Santa Dorotea, ya Calasanz tenía 40 años. Luego se traslada a San Pantaleón, donde actualmente está la sede de la Congregación”. “Qué fino mamá, si vamos a Italia la visitamos”.

         Calasanz funda la congregación En 1617, enfrentó grandes dificultades, fue perseguido por sus ideas progresistas, por querer educar a los más pobres y marginados, dentro de la orden hubo divisiones, fue llevado a juicio.

         “Cómo¡, llevado a juicio, ¿estás segura mamá?, ¿lo metieron preso?”. “Sí estoy segura Luis. No fue preso. Padeció el sufrimiento de ver su obra destruida o casi destruida”. “¿Y qué hizo?”. “Con paciencia y esperanza se mantuvo fiel a sus convicciones y siguió luchando por la permanencia de sus escuelas”. “Y lo logró mamá, porque hoy hay muchas y en todo el mundo”. “Así es Luis, Calasanz es ejemplo de humildad, de esperanza y de perseverancia”.

         Calasanz muere el 25 de agosto de 1648 viendo su obra casi destruida por completo. Luego la congregación es restituida. Hoy el sueño de Calasanz pervive. El 7 de agosto de 1748 es beatificado, y canonizado el 16 de julio de 1767.

        
“Mamá, mi maestra nos explicó que el desfile del aniversario del colegio está relacionado con algo que se llama año jubilar”. “Sí mi Luis, este año celebramos los 400 años de la fundación de la Congregación Escolapia, 250 años de la canonización y nuestro colegio cumple 64 años”. “Guao, mamá son muchos años. Sabes, mi abuela tenía más años que el colegio”. “Jajjajajajaja, Sí Luis, a lo largo de los años se acumula experiencia y aprendizajes”.








Dedicado a la Abuela Lourdes.


Mujer, maestra y casi santa.
Al igual que Calasanz, nacida para educar.


Luis Alfredo Varguillas y
Marirrosa Carrera
25 – 11 - 16

          

domingo, 14 de febrero de 2016

Después de un año....


La vida de cada uno es como un mar inmenso, cada uno con unas cuantas barcas atracadas, con un tiempo preciso para desamarrar y emprender viaje. Siempre habrá alguna que parta primero, otra a la que le toque ver partir y esperar.

De mi vida han partido ya tres barcas, los hombres de la casa decidieron irse adelante. Como en aquel viaje que hicimos a España. Quizás fue aquello una cosa premonitoria. Mi padre y mis dos hermanos viajaron antes, nos esperaron en Madrid. Nosotras, las mujeres, mi mamá y yo, nos fuimos un poco después. Las dos mujeres, yo apenas con cinco años, solas en el avión, intentaba sacarle conversación a mi madre, que estaba totalmente petrificada presa del miedo. Creo que quería tranquilizarla, ella me pedía que me callara, mientras el avión despegaba, yo me sentía tan feliz y emocionada porque al fin andaría entre las nubes. Viajábamos para encontrarnos y estar juntos en unas vacaciones muy diferentes. Recuerdo que ya instalados en un hotel de Madrid, estando en el cuarto, mis hermanos me dieron un regalo de bienvenida, una sorpresa, se escondieron debajo de la cama y asomaron un muñeco absurdo, lo movían como si tuviera vida propia, un perro vaquero amarillo pollito con pantaloncillo, sombrero y pistoleras azul eléctrico, no sabía si sentir miedo o agrado. Esos tres hombres escogieron ese regalo para hacerme sentir bien y mostrarme su alegría por nuestro encuentro. A veces las elecciones de los hombres puede resultar la cosa más incomprensible.


Hoy se me ocurre, que este tiempo es de espera y de preparación, voy dándole ánimo a mi mamá mientras disfruto de mi hijo. Hasta que Viajemos de nuevo, para encontrarnos una vez más y volver a estar juntos en un tiempo y lugar muy diferentes.

La única vez que soñé con mi padre después de su muerte, lo vi caminando con paso corto firme y apresurado, así mismo caminó siempre en su vida. Siempre hacia adelante con la mirada en alto. Es imposible que esté quieto o descansando. Mis hermanos deben estar poniéndose al día, escuchando buena música y jugando al fútbol. Mientras nos esperan.

Ya escribió alguna vez Antonio, el más sabio de los tres, “la vida es irse para regresar y volver a irse, la vida es terminar para empezar de nuevo y volver a terminar”.

Tal vez la vida no sea mucho más que esto, camino, viaje y espera.

He vivido este año como un adicto confeso en rehabilitación. Como un bebé que se inicia en la vida. Si lo superé es porque puedo continuar.

Hoy, no dudaré en traer a mi memoria los mejores recuerdos, con cada uno reiré, reiré mucho y sin reparos. Tal vez beba, no será whisky puro con hielo entero, si bebo serán al menos tres frías bien frías. Veré un juego de futbol. Escucharé buena música, de preferencia el mejor rockandroll. Cantaré, no bailaré. Ya no tengo con quien conversar, pero recordaré las mejores y más largas conversas, esas que duraron hasta el amanecer. Estaré al lado de Lourdes. Seguiré siendo feliz junto con la felicidad de nuestro Luis. Éste será mi mejor tributo.

Hoy, también es un buen día para agradecer a todos los que me acompañaron y ayudaron. Vecinos y amigos que hicieron posible que pudiera enfrentar aquel momento, salir adelante e ir viviendo cada uno de estos 365 días.

La vida ha de poner a mi alcance la mejor forma de retribuir tanto como he recibido.

Los Carrera somos personas que sabemos vivir, y hasta ahora los hombres han sabido morir. Nada más ni nada menos, el día del amor y la amistad, el gran Ramón, el mejor de todos, sigue estando en cada uno de nosotros.